Lars Von Trier es de esos directores que no admite puntos intermedios: lo amas o lo odias. Sobre todo si te mantiene sentado durante largas horas viendo escenas surrealistas, que lindan con lo gore (Anticristo, 2009) o llenas de sexo, entre el soft y el hardcore porn (Nymphomaniac, 2013). Sin embargo, vale aclarar que la…